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      Historia

      Caravaca de la Cruz, Ciudad Santa, llena de milagros y también de leyendas. Una de ellas la ha convertido, precisamente, en un destino mundial de peregrinación, pues se dice que dos ángeles depositaron en el santuario el "lignum crucis" y que a día de hoy aún se conserva una de las astillas de la cruz donde se crucificó a Jesucristo. Ubicada entre Murcia y Granada, Caravaca de la Cruz es también una ciudad de grandes hitos históricos, como es el que alude a la construcción del principal monumento del noroeste de la Región: el Santuario de la Vera Cruz. Si ya has visitado ciudades como Roma o Santiago de Compostela, Caravaca de la Cruz es junto a ellas, Jerusalén y Santo Toribio de Liébana, una a las que también deberías acercarte. ¿Por qué? Porque es una ciudad santa reconocida por el Papa Juan Pablo II. De hecho, es la quinta del mundo en haber obtenido el jubileo perpetuo.

      ¿Qué es el Año Jubilar?

      El evento que supone el Año Jubilar caravaqueño tiene su base en un hecho religioso, cuya trascendencia se remonta a casi ochocientos años. La presencia de la Santísima y Vera Cruz en estas tierras desde el siglo XIII, y en la que la tradición religiosa y la fe cristiana considera depositada una astilla del «Lignum Crucis» en que murió Jesucristo; guardada por los caballeros Templarios y, tras su desaparición, por la Orden de Santiago.

      Este hecho ha supuesto el desarrollo de un culto enraizado y admitido por la Iglesia Católica, hasta el punto de asignársele por el Vaticano (siglo XVIII) el culto de latría, equivalente al tributado al Santísimo Sacramento. Esta realidad trascendió los estrictos límites geográficos locales y nacionales, convirtiéndose Caravaca de la Cruz en un punto neurálgico y de referencia religiosa, teniendo su máximo apogeo en los siglos XVI, XVII y XVIII.

      La fe generada en torno a la Santa Reliquia propició verdaderas corrientes de peregrinación hacia su Castillo Santuario desde los más diversos puntos de la geografía europea, hasta tal punto que ya en pleno siglo XVI se hallaba establecido un hospital en la localidad (el del Buen Suceso). A modo de muestra del valor de las referidas peregrinaciones nos pueden servir los jubileos decretados en distintos años de los siglos XVI y XVII, con motivo de las diferentes festividades de la Cruz o la solicitud concreta que dirigía la Cofradía de la Vera Cruz en 1663 al Papa Alejandro VII, para que se pudiera admitir en la misma cofrades de cualquier lugar de España, y en la que hace referencia a los peregrinos «¿que frecuentemente concurren de toda la cristiandad a adorar a esta Santa Reliquia».

      Ya en el siglo XX, su Santidad Juan Pablo II tuvo a bien conceder nuevo Año Jubilar a Caravaca de la Cruz en 1981, al conmemorarse el 750 aniversario de la aparición de la Cruz en Caravaca. Gracia que fue nuevamente concedida a Caravaca y su Vera Cruz en 1996. En 1998 se comunicaba oficialmente por parte del Vaticano la concesión de Año Santo In Perpetuum en torno a la Stma. y Vera Cruz de Caravaca a celebrar cada siete años, siendo el primero el 2003.

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